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laportera

Dulce.

El otro día me llamó mi amiga Dulce para decirme que está embarazada... Lo que la faltaba!!! Es una mujer que lo ha pasado muy mal en esta vida, y visto lo visto lo que la queda por pasar. Es encantadora, es guapa y la conocí hace la torta de años.

Ahora está intendo resolver los problemas que en su pasado no supo/no quiso/no pudo resolver. Ahora está pagando por las consecuencias de sus actos. Y justo cuando parece que empieza a ver la luz al final del túnel se queda embarazada. No sé si ha sido sin querer o lo ha echo adrede, pero creo que se le han acabado las tontunas.

Para remontarnos a sus problemas tengo que situarme en el contexto de hace unos cuantos años (unos 10 ó 12 diría yo). En áquel entonces gracias a mi Padrino de Confirmación estaba en una especie de éxtasis religioso acentuado por el hecho que me fui de "misiones" a Ecuador (un país muy bonito para visitar). A la vuelta me metí en cáritas y como por aquel entonces estaba estudiando la carrera sólo tenía algo de tiempo al final del día por la tarde, con lo que iba a echar una mano en los estudios a un albergue de la comunidad de Madrid que estaba situado al lado de la plaza del Dos de Mayo.

Este albergue estaba regido por unas monjitas (no puedo recordar ahora el número) que tutelaban a chicas de edades correspondientes entre los 16 y los 24 años (más tarde por cuestiones de presupuesto la comunidad tendría que dejarlo en 21 años) a los que la comunidad de Madrid había quitado la patria potestad a sus padres. Estas chicas tenían que estar obligatoriamente trabajando ya que nadie las pagaba dinero para sus gastos, ya que en este sitio sólo tenían la comida, el alojamiento y las camas.

No estaba tan mal. Podía ser mejorable pero podía ser peor. Y es cierto que las mojas se esforzaban por sacar a las chicas adelante.

Conocía a Dulce en este centro. La daba clases... ya no sé de qué (qué pocha es mi memoria), seguro que ella se acuerda. Por aquéllos tiempos la historia que me contaba era terrible (todas esas niñas tenían historias terribles): marroquí, venida con sus padres a España. Estaba casada con un señor en su país y aquí le quitaron por no sé qué problemas (nunca me lo explicó y yo nunca pregunté) con su madre. Fue muy traumático para ella el verse separado de sus hermanos (a su madre no la tiene mucho afecto según me ha parecido entender).

Ahí entré yo en su vida. Su necesidad de cariño era extrema. Muy dulce mi amiga y muy buena; y como casi todas las chicas de la residencia esa, estaba rota. Yo me hice su amigo, tal vez no el que ella necesitaba pero sí el que le podía dar. Y desde entonces estoy con ella.

Con ella he vivido su bautismo. Con ella he vivido su salida de la residencia y el irse a vivir con su antiguo novio. Con ella he vivido el drama de sus papeles y de su divorcio (una losa muy importante que al final se pudo quitar). Con ella he vivido su traumática ruptura y los problemas que su ex le produce. Con ella he vivido la ruptura de su nuevo amora y ahora... y ahora el niño.

Ya hemos tenido la primera bronca. Y sigue haciendo lo que he visto que ha echo toda su vida: esconder la cabez debajo del ala para resolver sus problemas.

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