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laportera

Encerrado en casa

El hecho de ser un buen gorrón hace que a veces a uno le gorroneen... y eso es lo que pasó ayer. El sábado llamé a mi Isa y a Andrés y les dije que qué les apetecía más, si que les gorronéasemos comida o que nos la gorroneasen ellos... y prefirieron ellos. Así que me ves el sábado comiéndome el coco con respecto a lo que les íbamos a dar de comer (y yo en teoría con el régimen). Bueno, al final la comida quedó apañadita... pero el problema fue que hasta las once no vi el cielo. Y eso, para una persona que durante muchísimo tiempo presumió que ningún día estaba sin salir al menos un rato de casa, es una cosa que me agobió bastante. Y si salimos fue porque mi Cielo tenía hambre (yo no, pues comí muchísimo y estaba lleno) y fuimos a que se comiese una hamburguesa.

Al final, aunque sea un ratito, salí a la calle, y eso, en el fondo, fue lo importante, ver a gente y algo distinto a 4 paredes.

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