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laportera

Juguetito nuevo

El otro día al volver de mi fin de semana en Granada (ciudad a la que vi a medias), me di cuenta que estaba roto mi cepillo de dientes eléctrico. Me ha dado un buen resultado, ya que ha conseguido ahorrarme un montón de disgustos con el dentista (lo siento, tengo unas encías que me sangran un barbaridad y sin el cepillo me encuentro que tendría que haber ido muchas más veces de lo que quisiera para allá).

En fin, a cepillo muerto, cepillo puesto. Y esto quiere decir que me he comprado otro. La verdad es que me ha costado un pastón, pero si me sirve para otros tantos años y no me da problemas... pues bienvenido sea. El de ahora lo que hace es lanzar pequeños chorros de agua a presión, y la verdad es que lo probé ayer y deja los dientes bastante limpios, el problema es que no limpia mucho que digamos el aliento, así que me tendré que comprar un enjuague bucal (con lo poco que me gustan).

Eso sí, ayer, por la noche cuando lo probé por primera vez me sentí como un niño con juguete nuevo... a ver si funciona para lo que tiene que funcionar.

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