Con otro año más...
Siempre me propongo escribir en fin de semana, pero me es francamente difícil. Y es por un poco de todo, pereza, estar con mi cielo, no tener internet a mano...
Al menos pasó el fin de de mi cumpleaños. Fin de al que temo especialmente porque está llena de celebraciones y demás que me dejan totalmente baldado. Este año he tenido pocas. Por un lado, el viernes quedé con un poutpurrí de amigos en casa a cenar (me faltó cena, ¡qué vergüenza!) y charlar. Y como siempre fenomenal, aunque muy cansado. Por otra parte el sábado comí en un restaurante con toda la familia directa (16 comensales éramos) y un agobio. Fue bien, pero un poco empacho de familia. Eso sí, mi cuñada Rocío me hizo el regalo que más me gustó, un grabado suyo M-A-R-A-V-I-L-L-O-S-O, que en cuanto pueda enmarco y lucirá en mi casa para deleite de todo aquel que quiera pasar.
Y el sábado por la tarde... MARCHA. A celebrar que ha llegado ese maravilloso día que es el tema de las bodas gays. Sí, quizás sea un ser caduco y me quiero casar con mi Cielote. Y aproveché y fui a la manifestación. Alegría y fiesta que siempre recomiendo a todos mis amigos, pues en el fondo, la manifestación, como lo que hay después en Chueca, es una elegía a la diversidad y la diversión.
Y con el domingo llegó la tranquilidad...
Al menos pasó el fin de de mi cumpleaños. Fin de al que temo especialmente porque está llena de celebraciones y demás que me dejan totalmente baldado. Este año he tenido pocas. Por un lado, el viernes quedé con un poutpurrí de amigos en casa a cenar (me faltó cena, ¡qué vergüenza!) y charlar. Y como siempre fenomenal, aunque muy cansado. Por otra parte el sábado comí en un restaurante con toda la familia directa (16 comensales éramos) y un agobio. Fue bien, pero un poco empacho de familia. Eso sí, mi cuñada Rocío me hizo el regalo que más me gustó, un grabado suyo M-A-R-A-V-I-L-L-O-S-O, que en cuanto pueda enmarco y lucirá en mi casa para deleite de todo aquel que quiera pasar.
Y el sábado por la tarde... MARCHA. A celebrar que ha llegado ese maravilloso día que es el tema de las bodas gays. Sí, quizás sea un ser caduco y me quiero casar con mi Cielote. Y aproveché y fui a la manifestación. Alegría y fiesta que siempre recomiendo a todos mis amigos, pues en el fondo, la manifestación, como lo que hay después en Chueca, es una elegía a la diversidad y la diversión.
Y con el domingo llegó la tranquilidad...
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geyper -